Un dato importante para responder a esa pregunta es el nivel de exposición al BPA para las personas en Nueva Zelanda. Sorprendentemente, teniendo en cuenta lo rigurosos que han sido los estudios sobre el BPA, aparentemente nadie ha medido los niveles de exposición a BPA de los neozelandeses. Esta brecha en la información hace que un nuevo informe de Nueva Zelanda resulte tan novedoso como importante.
Con frecuencia, se considera que el método estándar para medir la exposición humana a BPA es a través de un método analítico llamado “biomonitoreo”, que mide el nivel del metabolito del BPA en la orina. La razón es que el BPA que ingresa en el cuerpo se convierte de manera eficiente en un metabolito biológicamente inactivo, que luego se elimina rápidamente del cuerpo en la orina. En otras palabras, lo que ingresa al cuerpo (es decir, la exposición) sale rápidamente a donde puede medirse con facilidad.
En EE. UU., Canadá y Corea del Sur, se realizan periódicamente estudios de biomonitoreo de orina a gran escala sobre el BPA. Además, se han realizado más de 100 estudios de menor escala en todo el mundo. Ahora, Nueva Zelanda se une al grupo con su primer estudio de biomonitoreo de orina a gran escala.
El estudio fue patrocinado por el Ministerio de Salud de Nueva Zelanda y realizado por el Centro de Investigación en Salud Pública de la Universidad Massey. Aproximadamente 300 adultos (de 19 a 64 años) y 300 niños (de 5 a 18 años) con características demográficas que representan la población de Nueva Zelanda participaron en el estudio proporcionando muestras de orina. No resulta sorprendente que se haya detectado BPA en bajos niveles en la mayoría de las muestras de orina. Tal como se indica en el informe, los niveles “son similares a los que se informaron para EE. UU. y Canadá.”
Sin embargo, volviendo adonde empezamos, ¿deberían preocuparse los neozelandeses por estos resultados de biomonitoreo? El estudio tuvo como objetivo únicamente generar datos y el informe no proporciona interpretación ni orientación alguna para responder a esa pregunta. Afortunadamente, contamos con mucha información adicional que ayuda a brindar una respuesta.
Para los consumidores, resulta relativamente sencillo interpretar los datos con respecto a la salud. Sobre la base de un amplio registro científico, Health Canada, entre otras entidades gubernamentales, determinó un nivel seguro de ingesta de BPA. A partir de ese valor, los investigadores de Health Canada también determinaron la cantidad de BPA que se mediría en la orina si la exposición ocurriera a un nivel de ingesta seguro. Ese valor es conocido como el equivalente de biomonitoreo (BE).
La comparación del nivel típico de BPA encontrado en la orina de los neozelandeses con el BE revela que la exposición al BPA en Nueva Zelanda está aproximadamente 500 veces por debajo del nivel de ingesta seguro establecido por Health Canada. El informe también definió un “nivel de referencia”, que es esencialmente el nivel máximo de BPA que se esperaría encontrar en los neozelandeses. Ese nivel de referencia máximo se encuentra aproximadamente 40 veces por debajo del nivel de ingesta seguro. Con ese amplio margen de seguridad, la pregunta de si los neozelandeses deberían preocuparse por la exposición típica a BPA ha sido respondida categóricamente por la ciencia: ¡no!
Particularmente, Health Canada estableció el nivel de ingesta seguro antes de que estuvieran disponibles los resultados del estudio de CLARITY de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. Los resultados de ese estudio, que fue llevado a cabo por científicos sénior de la FDA y tiene un alcance y una magnitud sin precedentes para el BPA, se publicaron este año y proporcionaron un sólido respaldo adicional sobre la seguridad de los niveles de exposición a BPA.
Tal como lo señaló FSANZ (Seguridad de los alimentos en Australia y Nueva Zelanda) respecto del estudio de CLARITY, “nuestra consideración inicial es que los resultados coinciden con conclusiones anteriores que indican que no existen preocupaciones respecto de la salud y seguridad públicas a los niveles de BPA a los que las personas están expuestas a través de los alimentos”. (énfasis añadido) En combinación con los nuevos resultados de biomonitoreo, está claro que los neozelandeses no deben preocuparse por la exposición típica a BPA.
El BPA se incluyó en el estudio de biomonitoreo como “sustancia de riesgo”, aunque no se proporcionó una definición de ese término en el informe. Teniendo en cuenta la opinión de FSANZ y el amplio margen de seguridad demostrado en el estudio de biomonitoreo, podría resultar apropiado redesignar al BPA como “sustancia de muy bajo riesgo (SVLC)”, definida aquí como una sustancia con gran cantidad de datos científicos que respaldan su seguridad. Esa definición se adecua bastante bien al BPA.