Mucho más de 100 estudios de biomonitoreo llevados a cabo en todo el mundo han demostrado, de manera uniforme, que la exposición humana al BPA es extremadamente baja y se halla dentro de los límites de exposición segura. Ahora, un nuevo estudio a pequeña escala sugiere que la exposición humana al BPA se ha “subestimado drásticamente”. Lamentablemente, los medios de comunicación han malinterpretado el estudio y lo han convertido en la “historia de terror” del momento.
Esto podría ser una noticia si fuera cierto, ¿pero lo es? ¿Y cómo lo sabemos? Desde hace muchos años, se ha sabido que, después de la exposición al BPA, el cuerpo lo convierte de manera eficiente en un metabolito biológicamente inactivo, que luego se elimina por la orina en poco tiempo. Los estudios de biomonitoreo confían en esos procesos fisiológicos para medir la exposición al BPA mediante una metodología analítica bien establecida.
De manera más específica, el metabolito de BPA que se elimina en la orina se vuelve a convertir en el mismo BPA con la ayuda de una enzima en el laboratorio, y luego se lo mide con facilidad por medio de instrumentos analíticos sensibles. La exposición al BPA (es decir, la cantidad de BPA que ingresa en el cuerpo) se determina sin inconvenientes de acuerdo con la cantidad de BPA que sale del cuerpo a través de la orina.
En el nuevo estudio, los autores no tuvieron éxito en implementar esta metodología bien establecida en su laboratorio. Afirman que la reacción enzimática no funciona tan bien en realidad, con el resultado de que se pasa por alto gran parte del metabolito de BPA en la orina. Si eso fuera cierto, la exposición al BPA estaría subestimada.
Luego, los autores sugieren que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. (CDC) no han podido validar el método analítico con propiedad. Sorprendentemente, sin embargo, después de culpar a la FDA, los autores no mencionan la extensa investigación publicada por la FDA y otros que demuestra, de manera concluyente, que el método analítico es, de hecho, válido y confiable.
Cabe destacar que hay dos estudios que llevaron a cabo la FDA en conjunto con el Programa Nacional de Toxicología de los EE. UU. y el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico. En cada uno de los estudios, se administró una cantidad medida de BPA a seres humanos voluntarios. Después de la exposición, se recogió la orina de los voluntarios y se analizó en un laboratorio de la FDA con el método analítico bien establecido.
En ambos estudios, la dosis de BPA administrada a los voluntarios se recuperó de forma cuantitativa en la orina, lo cual demostró de manera concluyente que el método analítico es válido y no subestima el BPA. Más recientemente, se publicaron resultados similares en un estudio de investigadores de la Universidad de Alberta y la Universidad de Estocolmo y, con anterioridad, en dos estudios de investigadores de la Universidad de Würzburg y en un estudio de investigadores de la Autoridad de Salud y Seguridad de los Alimentos del estado de Bavaria.
En cada uno de estos estudios, cualquier discrepancia con el método analítico hubiera sido evidente, ya que los seres humanos voluntarios recibieron dosis de BPA en cantidades conocidas. En todos los casos, la dosis conocida se halló de forma cuantitativa en la orina, lo que demuestra que el método analítico mide la exposición al BPA con precisión. Estos estudios ofrecen una sólida confirmación de que los resultados de los estudios de biomonitoreo que confían en esta metodología miden la exposición humana al BPA con precisión.
A pesar de los titulares alarmantes generados por el nuevo estudio, no hay motivos para asustarse. Tal como lo demuestran más de 100 estudios de biomonitoreo en todo el mundo, que usan un método analítico válido, la exposición humana al BPA es extremadamente baja y está dentro de los límites seguros.