El título de una reciente nota de prensa sobre un estudio nuevo suena ominosamente importante: “Los reemplazos del BPA en plásticos provocan problemas reproductivos en ratones de laboratorio”. Al continuar con la lectura, la nota de prensa se refiere a “la selección de bisfenoles alternativos que ahora se usan para reemplazar al BPA”, y el nuevo estudio indica que “el reemplazo de los bisfenoles ha surgido rápidamente en los productos del consumidor”.
Pero ¿es cierto que el BPA ha sido reemplazado en productos del consumidor por bisfenoles alternativos, o se trata de más noticias falsas? Aunque el estudio se publicó en una revista científica, se brinda poca evidencia contundente para respaldar la afirmación.
La falta de evidencia sustentadora no resulta sorprendente, ya que, de hecho, no existen fundamentos que indiquen que el BPA ha sido reemplazado por otros bisfenoles. Y, sobre todo, no hay muchas razones para considerar el reemplazo del BPA, ya sea por otros bisfenoles o por cualquier otro elemento.
Los fabricantes consideran numerosos factores al seleccionar los materiales para confeccionar sus productos. Para el BPA, los dos factores a destacar son la seguridad y el desempeño, y sería un desafío casi insuperable encontrar un producto que supere al BPA en estos aspectos.
El BPA se utiliza principalmente para hacer plástico de policarbonato y resinas epoxi. Ambos materiales son de alto desempeño y se han utilizado ampliamente durante décadas en una amplia variedad de productos industriales y de consumo.
El plástico de policarbonato es transparente como el vidrio, pero ligero y altamente resistente a golpes. Su conjunto de atributos prácticamente únicos explica su uso en productos que van desde automóviles hasta teléfonos celulares, equipos de seguridad deportivos, dispositivos médicos y mucho más. Aunque no lo sepa, usted lo usa todos los días.
Las resinas epoxi poseen una combinación extraordinaria de solidez, resistencia química y alta adhesión, lo que las hace adecuadas para una amplia gama de aplicaciones de recubrimientos protectores. Desde hace poco tiempo, se usan cada vez más en compuestos livianos o de alta resistencia que se encuentran en las aspas de los rotores de los aerogeneradores, y en el fuselaje y las estructuras de las alas de aeronaves modernas.
La seguridad es tan importante como el desempeño, y aquí el BPA también se destaca en gran medida, con una trayectoria de seguridad de más de 50 años. La seguridad del BPA ha sido confirmada repetidamente por agencias gubernamentales de todo el mundo, incluso para aplicaciones sensibles que implican el contacto con alimentos. Resumido de manera tan concisa como lo hizo la FDA en su sitio web: “¿Es seguro el BPA? Sí”.
Pero eso no es todo, y esta es la verdadera noticia: el estudio central de CLARITY. Diseñado con un alcance y una magnitud sin precedentes, el estudio CLARITY fue realizado por científicos expertos de la FDA para resolver incertidumbres aún existentes con respecto a la seguridad del BPA.
Los resultados del estudio CLARITY se publicaron a comienzos de este año como un informe de proyecto. En una declaración publicada en aquel momento, el Dr. Stephen Ostroff, comisionado adjunto de Alimentos y Medicina Veterinaria en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., mencionó: “Nuestra revisión inicial respalda nuestra decisión de que los usos del BPA autorizados actualmente continúan siendo seguros para los consumidores”. Desde entonces, el estudio CLARITY ha sido sometido a una revisión por parte de pares a cargo de un grupo de científicos independientes, y se espera que el informe final se publique en un futuro muy cercano.
Aunque el estudio y la nota de prensa sobre las alternativas al BPA publicados recientemente no alcanzaron los resultados buscados, sí hicieron algo bien. Los autores señalan que “la etiqueta 'sin BPA' es una herramienta de marketing valiosa, y la mayoría de los consumidores la interpretan como una indicación de un producto más seguro”.
Sin dudas, es una herramienta de marketing, y la etiqueta en sí misma puede ser una “noticia falsa” para los consumidores, ya que no tiene nada que ver con la seguridad. Los productos sin BPA pueden no contener BPA, pero eso no los hace seguros.