Quizás ya sepa que el Programa Nacional de Toxicología de EE. UU. publicó recientemente los resultados de un importante estudio nuevo sobre el BPA, conocido como el estudio central de CLARITY. Una de las razones por las que es importante es que el objetivo del estudio fue resolver cualquier incertidumbre detrás de la seguridad del BPA, que ha sido un tema controversial por bastante tiempo.
Con ese objetivo en mente, una conclusión clave en el informe del estudio es que “el BPA produjo efectos mínimos que se distinguieron de los antecedentes”. En una declaración publicada junto con el informe, el Dr. Stephen Ostroff, comisionado adjunto de Alimentos y Medicina Veterinaria de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. declaró: “Nuestra revisión inicial respalda nuestra decisión de que los usos autorizados actualmente del BPA continúan siendo seguros para los consumidores”.
No importa si pasó por alto esta noticia porque puede haber sonado como déjà vu. Quizás pensó “otro día, otro estudio”. Después de todo, se han llevado a cabo innumerables estudios sobre el BPA, que llevaron a afirmar que es seguro, que no es seguro, y prácticamente toda consideración en el medio.
Pero no todos los estudios se crean de la misma forma y este no se parece a ninguno de los estudios anteriores sobre el BPA. Por el diseño, el alcance de este estudio realmente no tiene precedentes.
El estudio fue diseñado para evaluar diferentes preocupaciones importantes sobre cómo el BPA puede actuar en el cuerpo. Una preocupación es que la exposición al BPA en los primeros años de vida, en particular durante las etapas sensibles del desarrollo, pueden generar efectos sobre la salud más adelante en la vida. Para abordar esta preocupación, los animales de laboratorio recibieron dosis de BPA durante la gestación y continuaron en los primeros años de vida. Los efectos sobre la salud en cualquier etapa de la vida pudieron detectarse, sin importar cuando se había aplicado la dosis.
Una segunda preocupación es que las dosis bajas de BPA, en particular en el rango real de exposición humana, puede provocar efectos sobre la salud, aunque las dosis más altas no provocan efectos sobre la salud. Esta relación contradictoria entre la dosis y los efectos sobre la salud se conoce científicamente como relaciones “dosis-respuesta no monotónicas” (NMDR). Para abordar esta preocupación, cinco grupos de animales recibieron una amplia gama de dosis de BPA, desde dosis bajas, cercanas a la exposición humana real, hasta niveles aproximadamente 250.000 veces mayor. Se habría observado cualquier relación NMDR que se hubiera producido.
Una tercera preocupación es que el BPA actúe en el cuerpo como un estrógeno para interrumpir las funciones hormonales y provocar efectos sobre la salud. Para abordar esta preocupación, dos grupos de animales recibieron dosis de un compuesto de estrógeno para garantizar que los animales fueran sensibles a los efectos estrogénicos.
Finalmente, el tamaño sí importa en este tipo de estudio. Si el estudio es demasiado reducido, los resultados pueden no ser sólidos y no se cumplirán los objetivos del estudio. En el estudio central de CLARITY, todos los grupos con una exposición a BPA durante toda la vida incluyen entre 46 y 50 animales. El resultado es que el estudio es estadísticamente poderoso, lo que significa que podemos confiar en la validez de los resultados.
Aunque la naturaleza de la ciencia es que siempre se puede investigar más, el objetivo del estudio central de CLARITY era resolver las incertidumbres detrás de la seguridad del BPA. Ese objetivo ciertamente se cumplió, razón por la cual la FDA afirma con seguridad en su sitio web: “¿Es seguro el BPA? Sí”. Teniendo en cuenta los resultados del estudio central de CLARITY y las fortalezas de ese estudio, la conclusión de la FDA tiene sentido.