Gracias a los años de atención centrada en el bisfenol A (BPA), usado principalmente para fabricar plástico de policarbonato y resinas epoxi, ahora se ha prestado un poco de atención a diversas alternativas descritas genéricamente como “sin BPA”. Muchos fabricantes colocan con orgullo la etiqueta que reza sin BPA en sus productos, incluso en algunos productos que en primer lugar nunca tuvieron BPA.
Esta acción implica que los productos sin BPA de alguna manera son mejores o más seguros que los productos que contienen BPA. No importa que la etiqueta que reza “sin BPA” sea de alguna manera engañosa en cuanto a que identifica de qué no está está hecho un producto en lugar de identificar de qué está hecho.
La etiqueta es engañosa porque no es posible que usted sufra un daño por algo que no está allí, pero podría sufrir un daño por algo que está presente. En ese sentido, una etiqueta que reza “sin BPA” podría verse como un equivalente de una etiqueta que declara A riesgo del comprador, aunque el fabricante del producto nunca usaría esa etiqueta.
Otro tema que ha estado en los principales medios de comunicación últimamente son las “noticias falsas“. Tal vez sea inevitable que estas dos tendencias se crucen, pero eso es esencialmente lo que sucedió en forma reciente.
No solo los fabricantes de productos están interesados en el concepto de Sin BPA. Muchos científicos han identificado un campo que requiere investigación y, actualmente, están realizando estudios en materiales que, según se dice, son alternativas al BPA. Si el concepto de Sin BPA fuera una sustancia, ahora se está estudiando, y ese es el origen de la noticia falsa.
Un estudio reciente realizado por un grupo de investigadores chinos se centró en una sustancia llamada “fluoreno-9-bisfenol” (BHPF) que, según lo que ellos afirmaron, es una alternativa al BPA común. Los investigadores informaron que en este estudio se observaron “efectos [g]raves del BHPF sobre el desarrollo y la reproducción”. Esto dio lugar a titulares alarmantes, como “Sustituto del BPA podría provocar resultados adversos en el embarazo”, que aparecieron tanto en los medios de comunicación populares como en la prensa profesional.
Los resultados parecen ser significativos ya que, según lo observado por los investigadores y ampliado por los medios de comunicación, el BHPF ahora está presente en una amplia variedad de productos de plástico para el consumidor, incluidos biberones y botellas de agua que contienen la etiqueta que reza sin BPA. Pero, según lo observado por Popular Science, “nada de esto importa si no entramos en contacto con el BHFP (sic); solo es un problema potencial si los humanos están expuestos a esa sustancia”.
Si nunca oyó sobre el BHFP, no es el único. Existe poca evidencia para indicar que el material tiene importancia comercial y, ciertamente, no hay evidencias respecto de su amplio uso como sustituto del BPA.
Las bases de datos gubernamentales de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) indican que es poco frecuente en EE. UU., en el mejor de los casos, y no está autorizado para su uso en productos regulados por la FDA que entran en contacto con los alimentos, como biberones o botellas de agua. La idea de que el BHPF se usa ampliamente y que las personas están expuestas a dicha sustancia simplemente no resulta creíble.
A pesar de las limitaciones de la investigación y de la falta de comprobación de los hechos en la cobertura de los medios de comunicación, el tema del estudio revela dos verdades subyacentes. En primer lugar, según lo sugerido por el estudio, el reemplazo del BPA puede ser contraproducente si el sustituto no se somete a numerosas pruebas y se halla que es seguro para usar.
En segundo lugar, y aún más importante, el BPA es una de las sustancias mejor evaluadas en el comercio. Según la gran cantidad de datos científicos disponibles respecto del BPA, la FDA responde la pregunta “¿El BPA es seguro?” con una inequívoca respuesta “Sí”.
Si prestamos atención a la ciencia, no hay necesidad de reemplazar el BPA en absoluto, en especial por algo que tal vez no cumpla con las normas de seguridad importantes. Entonces, ¿debería preocuparse acerca del BHPF? En una palabra, no. Probablemente, usted quizás nunca entre en contacto con esta sustancia.
Una pregunta más adecuada es si debería preocuparse por los productos que contienen BPA o que están etiquetados como “sin BPA”. Usted elige, pero recuerde que el BPA ha sido sometido a reiteradas pruebas y se halló que es seguro para su uso. Los sustitutos no lo son tanto.
Si le interesa esta historia, una versión más larga de este artículo se encuentra disponible en Science 2.0. Hay más blogs relacionados con el BPA en AmericanChemistry.com.