Durante mucho tiempo, el BPA ha sido incorrectamente identificado como la causa de varios efectos sobre la salud, entre ellos, el cáncer. Pero simplemente no hay evidencia que respalde la noción de que usar productos que contienen BPA aumenta el riesgo de cáncer. De hecho, numerosos estudios científicos no han hallado una relación entre el BPA y el cáncer, lo que hace que este sea uno de los mitos urbanos más grandes respecto del BPA.
El estudio central de CLARITY, un estudio de dos años que cumple con las pautas establecidas sobre la toxicidad del BPA en roedores realizado por la FDA, analizó minuciosamente los potenciales efectos sobre la salud a largo plazo. Los investigadores del estudio central de CLARITY expusieron a roedores de laboratorio al BPA a lo largo de sus vidas, incluidas ratas preñadas y sus crías. Además, un grupo de expertos del Programa Nacional de Toxicología (NTP) sometió al estudio central de CLARITY a una rigurosa revisión de pares para asegurar que los resultados y las conclusiones se presentaran de manera completa y clara. El grupo de revisión de pares apoyó la conclusión final del estudio central de CLARITY: el BPA tiene pocas probabilidades de provocar efectos sobre la salud, incluido el cáncer.
Asimismo, mientras que algunos críticos han sugerido que el BPA podría ser un “interruptor endocrino”, lo cual significa que podría generar cambios hormonales que pueden provocar efectos adversos sobre la salud, los resultados del estudio central de CLARITY tampoco respaldan esta conclusión.
La ciencia es clara: usar productos plásticos fabricados con BPA no aumenta el riesgo de cáncer. ¿Fumar? ¿Pasar horas al sol sin protector solar? Sí, esas conductas se han vinculado científicamente con un mayor riesgo de cáncer. ¿Plásticos que contienen pequeñas cantidades de BPA? No se preocupe.