La FDA declaró que el bisfenol A (BPA) es seguro en los niveles actuales en los que se presenta en los alimentos, pero una cantidad de mitos siguen causando preocupación y confusión en el público. Haga clic para leer algunos de los mitos comunes sobre el BPA y las realidades que conocemos a partir de estudios científicos exhaustivos.

Efectos del BPA en la salud

No hay riesgo de efectos sobre la salud en los niveles de exposición del consumidor al BPA, según la FDA.
 
Aunque el BPA en sí es débilmente estrogénico, lo cual significa que tiene algunas propiedades similares a la hormona estrógeno, la extensa investigación demuestra que los niveles ínfimos de BPA en la alimentación son muy bajos para provocar algún efecto estrogénico
 
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Según las agencias de salud principales de todo el mundo (incluida la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU., Health Canada y la Organización de Estándares Alimentarios de Australia y Nueva Zelanda), la exposición actual al BPA no supone riesgos ni problemas de seguridad para las personas de cualquier grupo etario (incluidos bebés no nacidos, lactantes y mujeres embarazadas).
 
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) declara que el BPA es seguro en los niveles muy bajos en que se encuentra en algunos alimentos. En 2018, los científicos de la FDA publicaron los resultados del estudio más importante y el de mayor escala alguna vez realizado sobre el BPA, conocido como el estudio central CLARITY, que demuestran que la exposición en dosis bajas al BPA no provocó el desarrollo de efectos adversos sobre la salud. Sabemos por estudios adicionales que incluso los lactantes prematuros tienen amplia capacidad y habilidad para metabolizar y eliminar el BPA, lo cual indica que es poco probable que las exposiciones en niveles bajos provoquen efectos sobre la salud.
 
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La investigación concluyó que el BPA no presenta un riesgo carcinogénico para los humanos. La Organización de Estándares Alimentarios de Australia y Nueva Zelanda declara que “el BPA no provoca cáncer”.
 
Además, la Fundación Susan G. Komen, uno de los grupos principales de lucha contra el cáncer de mama, informó 2014 que “no existe evidencia científica que respalde un vínculo entre el BPA y el riesgo de cáncer de mama”.
 
Se han realizado muchas investigaciones sobre las principales causas de cáncer. Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, entre los factores de riesgo principales que favorecen la presencia de cáncer, se incluyen antecedentes familiares y factores genéticos y de estilo de vida, por ejemplo, la obesidad y la alimentación.  Las personas pueden beneficiarse más a partir de hechos como estos que ayudan a dar pasos importantes para reducir riesgos.
 
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La exposición actual al BPA no supone riesgos o problemas de seguridad para las personas de cualquier grupo etario (incluidos bebés no nacidos, lactantes y mujeres embarazadas) según las agencias de salud principales de todo el mundo (incluida la FDA, Health Canada y la FSANZ).  
 
La seguridad de la exposición al BPA en mujeres embarazadas y lactantes fue muy estudiada. De hecho, en un estudio de Health Canada de 2014 se descubrió que la exposición al BPA en embarazadas es más de mil veces inferior al nivel de ingesta segura establecido por los organismos gubernamentales de todo el mundo.  Además, otros estudios a cargo de investigadores de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., Johns Hopkins, Harvard y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han demostrado que las embarazadas, los lactantes prematuros y los lactantes de solo días de edad pueden eliminar el BPA del cuerpo.
 
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Regulación y etiquetado de BPA

La lista de la Proposición 65 no es una evaluación de seguridad del BPA o el plástico de policarbonato y no indica que los productos que contienen BPA son inseguros. En función de una evaluación de vasta información científica, incluidos estudios considerados en el proceso de elaboración de la lista de la Proposición 65, los organismos gubernamentales concluyeron que el BPA es seguro para usar. Por ejemplo, según una revisión científica bien documentada e integral, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de EE. UU. responde la pregunta: “¿Es seguro el BPA?” con una sola palabra, “sí”.
 
Además, no hay un consenso entre los organismos gubernamentales en cuanto a que el BPA cumple con los requisitos para figurar en la lista de la Proposición 65. En particular, el jefe científico interino de la FDA envió una carta a la Oficina de Evaluación de Riesgos Ambientales a la Salud (OEHHA) a principios de 2015 en la que declaraba que los resultados de la investigación integral propia de la FDA “no respalda al BPA como un tóxico reproductivo”.
 
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El BPA se usó de modo seguro durante décadas y ha sido el sujeto de muchos estudios científicos. Cuando los científicos gubernamentales examinan los estudios para hacer una recomendación de seguridad, ellos tienen la responsabilidad de revisar todos los estudios y tener en cuenta el diseño y la calidad del estudio, y también si el resultado de cualquier estudio en particular se repite en otros estudios. Algunos se realizan de conformidad con las normas reconocidas internacionalmente y garantizan la confiabilidad metodológica y estadística, mientras que otros no.
 
Los organismos gubernamentales establecieron procedimientos en relación con el modo en que revisan los estudios científicos. Una vez que los organismos establecen estas reglas, las aplican de manera objetiva y uniforme, independientemente de qué entidad proporciona los fondos, qué laboratorio realiza la investigación o cuál investigador supervisa el estudio.
 
En los Estados Unidos, la FDA es la agencia encargada de esta revisión de aplicaciones en contacto con los alimentos. En febrero de 2018, la FDA declaró que “el BPA es seguro en los niveles actuales presentes en los alimentos”. Y en función de la revisión de seguridad en curso de la FDA sobre la evidencia científica, la información disponible sigue “respaldando la seguridad sobre el BPA para los usos aprobados actualmente para los envases y los recipientes para alimentos”. 
 
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No existen fundamentos científicos para decir que los productos sin BPA son más seguros que los productos con BPA. Las afirmaciones con el término “sin” se usan para indicar que un producto no contiene determinados materiales, como el BPA, pero a veces puede ser confuso. La Comisión Federal de Comercio advirtió específicamente que “las afirmaciones sin pueden engañar a los consumidores, ya que sugieren falsamente que... el comerciante ‘mejoró’ el producto eliminando la sustancia”.
 
La FDA confirma que “el uso de BPA en empaque y recipientes de alimentos es seguro” y que el “BPA es seguro en niveles muy bajos en los que se presenta en algunos alimentos.  
 
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Es una equivocación común que la FDA prohibió el BPA en los biberones y vasitos para sorber. A pesar de que se comprobó que el uso del BPA en recipientes para alimentos es seguro, la demanda de los consumidores llevó a los fabricantes a eliminar el BPA de los productos para bebés, incluidos biberones y vasitos para bebé. Para reflejar el estado del mercado de consumo y eliminar la confusión para los padres, el ACC solicitó a la FDA que enmiende su regulación de que ya no se permita el uso del BPA en biberones, vasitos para bebé y empaques de fórmulas para lactantes, y la FDA aceptó. La decisión de la FDA no se basó en ninguna determinación de que el BPA es inseguro.
 
Los organismos gubernamentales y científicos evaluaron con detenimiento el peso de la evidencia científica sobre el BPA y declararon que el BPA es seguro en el modo en que se usa, incluso en materiales que están en contacto con los alimentos, tales como los recipientes reutilizables para el almacenamiento de alimentos y los revestimientos de las latas de metal.
 
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El BPA es uno de los químicos de uso actual más estudiados. Debido a que las personas se exponen principalmente al BPA a través de la dieta, el BPA siempre ha estado y sigue estando regulado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de los EE. UU. Sobre la base de la extensa investigación gubernamental, además de otros resultados provenientes de otros estudios, la FDA respondió recientemente a la pregunta “¿Es seguro el BPA?” con una clara respuesta: “Sí”.
 
En junio de 2016, el Congreso aprobó una reforma legislativa integral, la Ley Frank R. Lautenberg sobre Seguridad Química para el Siglo XXI a fin de actualizar la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA) de 1976, que regula ampliamente las sustancias químicas. La TSCA actualizada someterá todas las sustancias químicas, nuevas y existentes, a una revisión de seguridad de la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. Pero cuando se trata del BPA, la seguridad ya ha sido establecida por la investigación y el análisis de la FDA.  

Exposición al BPA

No hay necesidad de preocuparse. Los organismos gubernamentales concluyeron que los niveles de exposición humana al BPA de todas las fuentes combinadas, incluido el empaque, no supone un riesgo para la salud humana.
 
Además, muchos estudios han descubierto que la cantidad de BPA puede migrar a los alimentos y las bebidas desde los recipientes de policarbonato es mínima. De hecho, un consumidor tendría que ingerir más de 1​300 libras de alimento y bebidas en contacto con plástico de policarbonato cada día solo para alcanzar el nivel de ingesta seguro establecido por agencias gubernamentales de los EE. UU.
 
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No hay necesidad de que el consumidor se preocupe sobre la exposición al BPA de otras fuentes. En realidad, la información de los CDC2017 demuestra que la exposición total al BPA, de todas las fuentes, es extremadamente baja, unas 1​000 veces por debajo de los niveles de ingesta seguros establecidos por los organismos gubernamentales en EE. UU. y Canadá. La información disponible indica que el BPA no se absorbe fácilmente a través de la piel y que cualquier cantidad que sí se absorba se elimina rápidamente del cuerpo.
 
Además, aunque algunos recibos hechos con papel térmico pueden contener BPA, los datos experimentales más relevantes muestran muy poca exposición al BPA en entornos que son representativos del contacto en la vida cotidiana con el papel térmico de los recibos. Los estudios del Programa de Toxicología Nacional de EE. UU. en 2016 y el Instituto Finlandés de Salud Ocupacional en 2014 revelaron que los cajeros que manipulan el papel térmico de los recibos durante todo su turno laboral no estuvieron expuestos a niveles altos de BPA. Obtenga más información acerca del BPA y el papel térmico de los recibos aquí.
 
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Aunque un estudio de diciembre de 2016 en la revista especializada, Environmental Science and Technology, informó la presencia de la cantidad de elemento traza de BPA en una variedad de productos para la dentición del bebé comercializado como sin BPA, no hay un uso conocido o esperado del BPA, o materiales hechos de BPA, en los mordedores. Además, los investigadores no averiguaron si el BPA identificado en las pruebas podría haber provenido, o no, de la contaminación a diferencia de los productos de dentición en sí. Lo que es más importante, sin embargo, este estudio se centra en la mera presencia de químicos, lo cual no se equipara con daño. Además, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de los EE. UU. declara que el BPA es seguro en los niveles tan bajos a los que están expuestos los consumidores por lo general. En 2018, los científicos de la FDA publicaron los resultados de un estudio a gran escala patrocinado por el gobierno que demuestra que la exposición a dosis bajas de BPA no provocó efectos adversos sobre la salud. Además, a partir de otros estudios sabemos que aún los lactantes prematuros tienen una gran capacidad y habilidad para metabolizar y eliminar el bisfenol A, lo cual indica que es poco probable que las exposiciones en niveles bajos cause efectos sobre la salud.
Se espera que la manipulación de químicos en el lugar de trabajo cause la exposición, y no hay motivo de preocupación simplemente porque la exposición es medida. Sabemos, a partir de una vasta investigación gubernamental, junto con los resultados de otros estudios, que el BPA se convierte eficientemente en el organismo en un metabolito biológicamente inactivo, y que el metabolito inactivo se elimina rápidamente del cuerpo en la orina. No se espera que el BPA se acumule en el cuerpo con el paso del tiempo y existe una posibilidad limitada de que el BPA provoque efectos sobre la salud a largo plazo.
 
Un estudio de 2013-2014 sobre la exposición al BPA en el lugar de trabajo en los trabajadores de compañías que producen BPA o materiales basados en BPA confirmó que los niveles de BPA hallados en los trabajadores estaban por debajo de los valores orientativos de exposición ocupacional establecidos por el gobierno. Además, el estudio también descubrió que más de un 99 % del BPA detectado en orina estaba en forma de metabolito biológicamente inactivo, el cual confirma que el proceso metabólico importante que elimina rápidamente el BPA del cuerpo también ocurre en los trabajadores.
 
Recientemente, unos investigadores de la Agencia de Salud y Seguridad Ocupacional de Corea publicaron los resultados de su estudio a gran escala sobre la toxicidad de inhalación del BPA. Aun en concentraciones aéreas muy por encima de los límites de exposiciones del BPA, no se encontraron efectos tóxicos relacionados con el BPA en este estudio exhaustivo. Los investigadores reportaron que ningún nivel de efecto adverso excedía el nivel más alto probado.
La verdad es que casi todas las botellas de agua (y gaseosas) de plástico se fabrican con un plástico denominado tereftalato de polietileno, también conocido como “PET”.
 
El PET no está elaborado con BPA y no contiene BPA en absoluto. El PET tampoco contiene sustancias similares, como el bisfenol S, que es otra razón comúnmente mencionada para no usar botellas de agua de plástico. 
 
Para estar seguro, busque el “código de identificación de resina” en la parte inferior de la botella. Este código suele ser un triángulo con el número 1 adentro. El número 1 indica PET, que generalmente está escrito debajo del triángulo.
 
La FDA regula todos los plásticos presentes en productos que están en contacto con alimentos o bebidas para ayudar a que sean seguros para su uso previsto. Estos productos incluyen envases de alimentos y contenedores para almacenamiento de alimentos, y el plástico PET usado en botellas de agua.
 
Las regulaciones de la FDA se basan estrictamente en consideraciones de seguridad, y los plásticos que no cumplen con los requisitos de seguridad de la FDA no están permitidos para usar en productos que están en contacto con alimentos. En todos los países más importantes del mundo, existen sistemas de regulación similares. Así que eso es todo. Es seguro beber agua de botellas de plástico, pero hay un par de consejos más que debe conocer. 
 
Si bien las botellas de plástico no contienen BPA, es posible que tengan bacterias dañinas después de usarlas. Está bien reutilizar las botellas de plástico, pero asegúrese de usar jabón y agua caliente para lavarlas después de usarlas, como cuando lava los platos y vasos después de una comida.  
 
Y cuando no quiera usar más esa botella, asegúrese de tirarla en el cesto de reciclaje azul, junto con la tapa de plástico. Las botellas PET se recolectan prácticamente en todo el mundo para reciclaje. Esa botella tiene más vida útil si recordamos reciclarla. 

BPA en el cuerpo

Nuestros cuerpos son totalmente capaces de procesar el BPA. En realidad, la investigación en voluntarios humanos muestra que el BPA se elimina del cuerpo en un lapso de 24 horas desde la ingestión, aun cuando los niveles de exposición son más elevados que el promedio.
 
Cuando se ingiere el BPA, la mayoría se absorbe a través de la pared intestinal y se convierte en una sustancia con actividad biológica desconocida, lo cual significa que la nueva sustancia no provoca ninguna interacción dentro de nuestros cuerpos. Todo el BPA restante que no se convierta en los intestinos se convierte en el hígado en ese mismo compuesto biológicamente inactivo. El compuesto inactivo se elimina rápidamente del cuerpo a través de la orina. Los seres humanos de todas las edades, incluidos los bebés prematuros, pueden procesar el BPA de este modo.
 
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Los estudios de investigadores de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., Johns Hopkins, Harvard y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han demostrado que incluso los lactantes prematuros o de solo días de edad tienen una amplia capacidad y habilidad para procesar y eliminar el BPA del cuerpo.  
 
Los estudios de biomonitoreo a gran escala de los EE. UU. y Canadá muestran que la exposición típica del consumidor al BPA está muy por debajo de los límites seguros establecidos por los organismos gubernamentales, estos estudios incluyen niños, adultos y mujeres embarazadas. De hecho, un estudio de Health Canada de 2014 reveló que la exposición al BPA en embarazadas es más de mil veces inferior al nivel de ingesta segura establecido por los organismos gubernamentales.
 
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El BPA se elimina rápidamente del cuerpo, lo cual evita la acumulación.  
 
El cuerpo humano procesa, o metaboliza, con eficiencia el BPA y lo elimina rápidamente del cuerpo. Varios estudios en voluntarios humanos han mostrado que muy poca cantidad del BPA que se puede ingerir durante las actividades cotidianas normales se convierte en una sustancia biológicamente inactiva, la cual se elimina del cuerpo humano en un lapso de 24 horas. Esto indica que es poco probable que el BPA provoque efectos sobre la salud, en particular en los niveles de BPA a los cuales se podrían exponer los consumidores, lo cual se confirmó en estudios de toxicidad a gran escala.
 
Por el contrario, estudios similares realizados en roedores, que se usan con frecuencia para estudios de toxicidad, han demostrado que los roedores, en particular los neonatos, son menos eficientes para eliminar el BPA del cuerpo. Esto indica que los estudios de toxicidad en roedores probablemente exageran la posibilidad de efectos sobre la salud en humanos.
 
Un estudio de 2012 en ratones realizado por la FDA examinó específicamente la posibilidad de que el BPA se acumule en el tejido adiposo (grasa). De igual manera que con otros estudios similares, el BPA se eliminó rápidamente del cuerpo y los resultados confirmaron que el BPA no se retiene en la grasa.
 
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Video: Descripción general del estudio CLARITY

El programa CLARITY es la investigación más importante de la historia sobre el BPA y permitirá comprender claramente cuán posible es que el BPA provoque efectos sobre la salud.

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