Si busca el término “desintoxicación” en Internet, encontrará muchos resultados. En particular, con Google, obtuvimos 161.000.000 resultados esta tarde. Algunos de estos resultados pertenecen a centros de desintoxicación que ofrecen rehabilitación médica para personas que presentan una dependencia a una sustancia adictiva o narcótica. Y esa es una buena alternativa para quienes la necesiten.
También encontrará algunos resultados de vendedores de soluciones mágicas interesados en vender un tratamiento o suplemento cuyo fin es que el cuerpo elimine una serie de elementos que estos vendedores definen como “toxinas”. No obstante, antes de perder dinero, debe darle lugar a la duda y leer más para determinar si realmente necesita estas soluciones mágicas.
En ese sentido, se recomienda empezar con la lectura de un artículo reciente de Men's Health titulado “¿Funcionan las dietas desintoxicantes? Probamos las más populares para que usted no tenga que hacerlo”. Además de desenmascarar la realidad de cuatro dietas y suplementos desintoxicantes populares, la parte más importante de la historia se presenta bien en el comienzo:
Si bien muchas compañías afirman que sus productos desintoxicantes ofrecen las mejores maneras de limpiar el sistema, usted está a punto de conocer el secreto de una herramienta sumamente poderosa que lo hace mejor. Esa herramienta se llama... su hígado.
“A nivel evolutivo, tenemos suerte, ya que el hígado tiene millones de enzimas y procesos para ayudarnos a desintoxicarnos”, explica el Dr. Christopher Hoyte, director médico de la clínica de toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, “y trabaja horas extras, todo el tiempo, para mantenernos sanos”.
Una de las toxinas comúnmente mencionadas por los vendedores de soluciones mágicas es el BPA. Si bien es cierto que estamos expuestos a niveles ínfimos de BPA, principalmente a través de nuestra alimentación, ¿necesitamos alguna clase de tratamiento para eliminarlo de nuestro cuerpo?
La respuesta simple es “no, no lo necesitamos”, en gran medida por la razón que el Dr. Hoyte indicó antes. Gracias a numerosos estudios realizados en animales de laboratorio y varios en voluntarios humanos, se sabe bien que el BPA se convierte de manera eficiente en un metabolito biológicamente inactivo (es decir, se desintoxica) después de la exposición. Ese metabolito se elimina del cuerpo a través de la orina de forma rápida.
El metabolismo tiene lugar inicialmente por medio de las enzimas presentes en la pared intestinal, ya que el BPA se absorbe desde el intestino. Todo el BPA que sobrevive en el proceso del metabolismo durante la absorción pasa al hígado, donde están presentes las mismas enzimas. El proceso es tan eficiente que no se encontró BPA en la sangre de voluntarios humanos tratados con BPA a niveles que, generalmente, se encuentran en la alimentación.
Debido a la manera en la que el BPA se procesa en el cuerpo, no es probable que pueda ser dañino en los niveles tan bajos en los que está presente en nuestra alimentación. ¿Usted debería preocuparse?
No, según lo que afirman los entes reguladores de distintas partes del mundo que han analizado la ciencia del BPA; aquí se incluyen los numerosos estudios realizados sobre el metabolismo del BPA. Para ir al punto central del tema, los expertos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. declaran lo siguiente: “¿Es seguro el BPA? Sí”.
¿Todavía tiene dudas? En el futuro cercano, los científicos de la FDA publicarán los resultados del estudio de mayor escala alguna vez realizado sobre el BPA. Los resultados todavía no están disponibles, pero puede leer acerca del estudio ahora y regresar más tarde para consultar los resultados, que los vendedores no le mostrarán cuando recurran al miedo.