Independientemente de que le interese o no saber sobre el BPA, al menos debería saber cuál es la información sobre la seguridad del BPA. Durante algún tiempo, el BPA fue un tema célebre en los medios, con frecuencia con historias que sugerían que la exposición a este químico es dañina. ¿Es esto cierto?
Si busca información en Google acerca del BPA, podría encontrar algunos datos, pero no es tan sencillo. Una búsqueda sobre el bisfenol A (un término más preciso que “BPA”) arrojó 5.190.000 resultados. Seguramente haya algunos datos, pero ¿quién tiene el tiempo o la paciencia para ordenar la información entre opiniones, mitos y falacias? ¿Y quién podría notar la diferencia de todos modos, si no se puede creer en todo lo que se lee en Internet?
Un enfoque más científico puede ser buscar en PubMed, una base de datos de bibliografía de biomedicina a cargo de los Institutos Nacionales de la Salud de los EE. UU. Una búsqueda sobre el bisfenol A arrojó 11.184 citas de estudios científicos sobre el BPA. Al menos esa es una cantidad menor, pero sigue siendo mucha información para explorar y encontrar los datos que sean relevantes.
El exceso de información sobre el BPA confunde. Lo que necesitamos es una especie de hoja de repaso con hechos de fuentes confiables. Entre todos los estudios de PubMed, se encuentra una cantidad más pequeña de estudios importantes realizados por científicos del gobierno de los Estados Unidos con el fin expreso de completar la falta de información científica y resolver incertidumbres acerca de la seguridad del BPA.
Al provenir de científicos expertos imparciales, dichos estudios brindan información en la que se puede confiar. Los estudios clave pueden ordenarse en tres categorías que, en conjunto, definen si la exposición al BPA es segura o no.
1. Farmacocinética
Los estudios de farmacocinética indican qué sucede con el BPA cuando entra en el cuerpo. En particular, hacia dónde se dirige una vez que ingresa en el cuerpo, en qué forma está presente, cómo se elimina y cuánto tiempo permanece en el cuerpo. A partir de una serie de estudios realizados por científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los EE. UU. y el Programa Nacional de Toxicología de los EE. UU., sabemos que el BPA se convierte de manera eficiente en un metabolito inactivo y se elimina rápidamente del cuerpo a través de la orina tras la exposición oral.
En conjunto, los estudios de farmacocinética en roedores, primates no humanos y, más importante aún, voluntarios humanos, indican que es improbable que el BPA sea dañino en los niveles bajos de la exposición a través de los alimentos a la que están acostumbrados los consumidores.
2. Exposición
La mejor manera de controlar la exposición a BPA es medir el nivel de metabolito inactivo en la orina. Eso es exactamente lo que los científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU. hacen en un programa bienal que controla la exposición a una variedad de químicos en toda la población de los EE. UU.
Gracias a los estudios de los CDC, sabemos que la exposición típica de los seres humanos al BPA en la población de los EE. UU. es muy baja. Se han encontrado resultados similares en más de 140 estudios publicados de 30 países, los cuales, en conjunto, indican que la exposición actual al BPA a nivel mundial es entre cientos a miles de veces más baja que los límites de ingestión seguros determinados por organismos gubernamentales.
3. Toxicidad
En contraste con los estudios de farmacocinética y exposición, que pueden evaluar directamente a voluntarios humanos, los estudios de toxicidad se realizan en animales de laboratorio. A principios de 2014, investigadores de la FDA publicaron los resultados de lo que podría considerarse el estudio de toxicidad de mayor escala alguna vez realizado sobre el BPA.
En particular, no se encontraron efectos significativos sobre la salud en ninguna de las dosis bajas probadas en este estudio subcrónico (es decir, menor a un ciclo de vida completo). En general, los resultados del estudio confirman la predicción de los estudios de farmacocinética que indican que es muy poco probable que el BPA tenga efectos sobre la salud de vidas humanas a niveles de exposición reales.
En conjunto, los resultados de estos estudios de toxicidad, exposición y farmacocinética patrocinados por el Gobierno proporcionan un fuerte apoyo para la visión de los organismos gubernamentales internacionales sobre la seguridad del BPA. En resumen, la FDA responde la pregunta “¿El BPA es seguro?” con un indiscutible “sí”, y tenemos los datos para justificarlo.
La base científica para la seguridad del BPA ya es bastante sólida, pero aún queda mucho por venir. En los próximos meses, se espera que investigadores de la FDA publiquen los resultados de un estudio de ciclo de vida completo sobre la toxicidad del BPA en animales de laboratorio. Sobre la base de la amplia información ya disponible, podemos prever que este estudio proporcionará más apoyo a la seguridad del BPA. ¡Manténgase al tanto!