Este estudio patrocinado por la EPA, llevado a cabo por científicos del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico, de la FDA y de los CDC, evaluaron concentraciones de BPA en sangre y orina en adultos sanos que habían consumido una dieta controlada, incluida una gran cantidad de alimentos enlatados que probablemente serían fuentes significativas de BPA. De acuerdo con estudios anteriores en animales y humanos, los resultados de este estudio confirmaron que el BPA se convierte de manera eficiente en un metabolito biológicamente inactivo y que se excreta rápidamente a través de la orina.
La eficiencia de este proceso metabólico se demuestra al no detectar BPA biológicamente activo ni sin metabolizar en el torrente sanguíneo en ninguno de los participantes, en ningún momento durante el estudio, incluso cuando los voluntarios ingirieron cantidades muchas más altas de BPA que una persona normal en la vida cotidiana. Solo se encontró el metabolito inactivo de BPA transitoriamente en niveles bajos antes de ser eliminado del cuerpo.
Lo más notable fue que los resultados indicaron que, debido al modo eficiente en el que el BPA se procesa en el cuerpo, es poco probable que el BPA pueda provocar efectos sobre la salud ya que los niveles máximos estimados de BPA en sangre en este estudio son de 1 a 3 órdenes de magnitud inferiores a los niveles que han sido asociados con efectos potencialmente adversos hallados en los experimentos más sensibles realizados en animales. Para más información, hacer clic aquí.
Además, basados en los resultados, los autores destacaron que es poco probable que los niveles altos de BPA en sangre encontrados en otros estudios sean válidos y que la contaminación de las muestras ha sido probablemente la causa de los niveles altos de BPA libre informados en estudios a escala más pequeña.